Puedes sentarte en silencio,
dejar los muros para dentro caer,
respirar las emociones,
soltar los pensamientos al aparecer,
o actuar “fuera”
cantar, danzar, luchar,
crear enemigos en el cuerpo,
o a otros individuos fichar.
Lo habitual es las dos cosas hacer,
aquí en la Sala de Espejos,
buscar una salida del laberinto,
unas respuestas a la sublime cuestión:
¿quién soy, de dónde vengo, a dónde voy?
Pero Aquello que nunca nació
tampoco puede morir,
es Eso que que ya está
en tu imagen del Ser.
Morar más allá de las formas
sin siquiera necesitar a saber
es la Gracia que trasciende
a las palabras, al conocer.
La Gracia